miércoles, 31 de diciembre de 2014

Nuevo comienzo


Hoy es 31 de diciembre.

Esta mañana he llegado a mi ciudad. A mi casita. Aún no sé muy bien cómo.
Esta mañana he tenido un viaje de mierda en un autobús del que ya os hablaré.
Era de noche cuando he montado en él. Muy de noche. Ha amanecido cuando estaba atravesando la estepa castellana. Literalmente.
He llegado demasiado temprano. La casa aún está dormida.

Por eso ahora estoy aquí. Sentada en el sofá de cuero, de un color calabaza al que aún no me acostumbro a pesar de los años, dispuesta a desayunar.

Tengo mi café recién hecho, aunque aún no ha aparecido George Clooney.
Tengo un muffin de una marca maravillosa, relleno de cosas que en realidad no puedo comer.
Y tengo un libro que me han prestado.

Tenía que empezar a leerlo en el 2015.
Pero ayer lo ojeé.
Sólo quería leer la primera página, por aquello de catar el estilo de la autora.
Y sin darme cuenta me leí unas 17 páginas.
Lo cerré en lo que fui consciente de mi crimen.

Pero hoy, estando tranquilamente con mi café en la mano, y contemplando mi muffin, mientras el sol de diciembre entra por los cristales, he pensado que por qué no. Que por qué tendría que restringirme a unas normas que yo misma me he puesto.


Asi que mi plan es, básicamente, tomarme mi café y mi muffin relleno de veneno, mientras leo un rato tranquilamente, y espero que a mi hogar y la ciudad se despierten.

El principio del fin empieza mejor que lo que me esperaba.

Empezar el libro en 2015 obedece a una razón no arbitraria.
En 2014 me propuse un reto: 12 años, 12 libros.

Un reto que puse ante mi, porque me había dado cuenta que leía menos seguido que años atrás.
Un reto que, para ser sinceros, en abril se me hizo cuesta arriba.
Un reto que, para mi desgracia, tuve que abandonar en junio definitivamente por un problema médico.

Ahora ese problema no está solucionado, pero estoy mejorando.
Que dado como las he pasado no es decir poco.

Asique retomo el reto.
Pero no donde lo cogí, sino desde el principio.
No quería que fuera exactamente igual, asique este año he añadido una premisa más.

Este primer libro me lo ha prestado una compañera de trabajo.
Por eso este año el reto, y dada esa primera casualidad fruto del destino, será "12 meses, 12 libros prestados".

Ya he solicitado a diversas personas que me presten un libro.
El concepto es sencillo.
Personas a las que yo aprecio como tales son contactadas y les pido un libro en préstamo, con la firme promesa de devolverlo sano y salvo.
Esa persona me tiene que dejar un libro que ya se haya leído y que le haya gustado.

Asi que este año no podré escoger lo que leo.
Al menos no para el reto.
Serán mis amigos, conocidos, familiares y demás humanos los que me dejarán sus libros.
Y yo me los leeré.

Al final de cada mes tendréis por aquí la reseña pertinente.

Si queréis, podéis seguirme en el reto.
Si mis problemas médicos no vuelven, prometo terminarlo.

Si queréis, podéis uniros al reto.
Eso sería precioso.

Ahora me voy a disfrutar de mi café.
A sentirme culpable con mi muffin.
A devorar mi libro (prestado).
Y a pensar a qué mente perturbada se le ocurrió que el calabaza era un buen color para un sofá.


PD.
Mi blog va a sufrir cambios, tanto estéticos como de contenido.
Algunas entradas más afortunadas van a ser modificadas.
Otras serán eliminadas.
La interfaz cambiará.
No hoy. No ahora.
Sé bien que lo suyo es hacer un relanzamiento.
Pero también sé que ahora no tengo tiempo material para hacerlo.
Por eso el cambio será paulatino. Una transición más que un salto de fe.


- Fin del comunicado -